¿Cómo es posible que, desde una misma filosofía (la hegeliana), puedan surgir dos interpretaciones absolutamente opuestas como la izquierda y la derecha hegeliana? La disputa se puede verbalizar, brevemente, del siguiente modo: ¿cómo hay que interpretar el legado de Hegel?, ¿la dialéctica se produce en el mundo material o en el de las ideas? Este debate no es algo “nuevo” en este punto de la historia de la filosofía, pensemos en el fresco de Rafael, La escuela de Atenas.
Ya aquí se muestra dicha disputa: Platón con su dedo índice señala el mundo de las ideas, el verdadero, mientras que Aristóteles, con su palma hacia el suelo, intenta mostrar que el auténtico mundo es el físico.
Y esa misma discusión que mantienen Platón y Aristóteles, la tienen Marx, Engels y sus contemporáneos en sus obras. Así, ambos analizan las producciones filosóficas de M. Stirner, B. Bauer, L. A. Feuerbach… extrayendo sus últimas conclusiones y realizando una crítica devastadora a la derecha hegeliana.
La ideología alemana muestra cómo la filosofía de la derecha hegeliana está contaminada de idealismo, de “pueriles fantasías” que han deformado ideológicamente la comprensión del hombre, de la sociedad y su historia. Junto a La Sagrada Familia, este texto resulta esencial para acercarse a la filosofía del joven Marx y comprender con toda su complejidad el materialismo histórico y la propuesta política marxista.