Cuando caminas entre las sombras, mejor será que tomes la mano de un guía que te muestre las bellezas que subyacen en las tinieblas. El profesor Julio Ángel Olivares ejerce de anfitrión de la oscuridad para adentrarnos en el mundo de Jaume Balagueró. Entre las penumbras y el terror descubrimos las claves que permiten apreciar la obra del director leridano.
En el aplastante éxito de [Rec] o en su última película, Mientras duermes (que esta noche intentará alzarse con el Goya de mejor actor protagonista gracias a la majestuosa interpretación de Luis Tosar), se consigue apreciar una expresión autoral única capaz de estremecer a toda una sala de cine. Tanto el público como la crítica anhelan las películas de Balagueró, aunque para entender un punto de vista tan particular es necesario remontarse a sus orígenes.
Todo comenzó en el año 1991 con el estreno del cortometraje El niño bubónico.Tendrán que pasar tres años hasta que la genialidad del director sea reconocida tras el estreno de otro corto: Alicia. Ya entonces se empieza a apreciar lo que posteriormente se bautizará como “efecto Balagueró”: una obsesión por la filmación como dictado psíquico bajo el propósito de intervenir en la realidad más que, simplemente, reproducirla. A lo largo de su obra, Balagueró cultiva este estilo propio marcado por las grandes figuras del séptimo arte. Como él mismo afirma, actúa como una “esponja” que se apasiona por todo lo que ve y transforma bajo su prisma las técnicas de Einsentein con el montaje dialéctico, hereda de Bergman una focalización dramática del rostro o continúa con el legado de Godard en los límites de la representación.
Una obsesión por la mirada
¿Qué es la realidad? ¿Qué vemos en este mundo de luz y sombras? No cabe duda de que estas dos preguntas obsesionan al director leridano, tal como se puede apreciar en Darkness, donde sólo una cámara fotográfica es capaz de desvelarnos la presencia de “los otros”, o en Frágiles, donde la mirada metafísica de dos visionarias muestran lo que las tinieblas intentan ocultar. En [Rec] y su secuela esta obsesión es llevada al extremo; el ojo humano se funde con la cámara para registrar la infinidad de sucesos marcados por la incertidumbre y la amenaza que se esconden en aquel rellano de Barcelona.
Tras llegar al culmen de la experimentación, parece que sus dos últimas películas son un ejercicio de renovación donde explora, por un lado, la participación del espectador en la creación fílmica llevando a cabo el proyecto de la Wikipeli con Miedo; por otro, en su última obra (Mientras duermes) abandona el mundo fantástico para adentrarse en un thriller psicológico protagonizado por Luis Tosar en el papel de César, un conserje sociópata con la única motivación de destruir la felicidad ajena.
A pesar de explorar estos nuevos caminos, siguen siendo recurrentes las señas temáticas de Balagueró. Por ejemplo, el carácter claustrofóbico de los hogares disfuncionales, la depredación y el odio de los seres humanos, o las abstracciones en las que se define el dolor sin límite, tan presente en Los sin nombre.
En palabras de Julio Ángel Olivares en su libro Jaume Balagueró. En nombre de la oscuridad:
“El cine que Balagueró propone en la actualidad es más urgente en su plasmación y, por ende, más explosivo que implosivo, más inmediato que retardado, una propuesta de divertimento que entronca con el sadismo más que con la degustación sesuda del plano o la paráfrasis metafórica. Potencia el realizador, así, la explicitud en detrimento de la invisibilidad figurativa o la caligrafía evanescente que acercasen su cine a lo inmaterial, si bien esa atmósfera enraizada en lo tangible y ordinario sigue aportando ciertas sensaciones más allá de los contornos de lo real.
Ahondando en el drama de lo cotidiano, focalizando el inmueble como centro neurálgico ilustrativo del pesimismo, la amoralidad, los traumas y calvarios del hogar imposible, el espacio ideal siempre en cuarentena –como un Roman Polanski pasado de revoluciones–, Balagueró abandona, al menos en un futuro a corto o medio plazo, la idea de regresar a sus orígenes en torno a la manifestación sobrenatural del mal, desmarcándose, así, de las constantes del género de terror y radicalizando su apuesta por un (hiper)realismo costumbrista y doméstico dentro de los más laxos y generalistas parámetros del suspense.”
Tráiler de Mientras duermes: