- Artista Sir John Everett Millais
- Fecha 1851-1852 Técnica y soporte Óleo sobre lienzo
- Medidas 76,2 x 111,8 cm
- Lugar Tate Gallery, Londres
Esta efusiva imagen prerrafaelita cristaliza una atmósfera particular y sigue siendo muy popular entre quienes emprenden la travesía de la apreciación artística: la postal de este cuadro es la más vendida en la tienda de la Tate, donde se conserva la obra.
Muestra la muerte de Ofelia, uno de los personajes de Hamlet de Shakespeare: el texto de la obra nos dice que se ahogó en la «cristalina corriente» del «arroyo con su sauce». El tema gozó de popularidad en el siglo XIX; en la versión de Millais hay también un retrato de Elizabeth Siddal, una modelo a la que recurrieron mucho los prerrafaelitas y que más tarde se casó con Rossetti, amigo de Millais.
La pintura presenta un grado asombroso y obsesivo de detalle gracias a unos colores de gran intensidad. El verde ácido, que resalta con viveza frente al cuerpo de Ofelia, configurado como una barca, se repite en el marco y tiene un eco en las ramas del sauce. Sus ropas, con el agua empapando las pesadas telas que la acabaron arrastrando a la muerte, mantienen el cuerpo a flote. Su cabeza está inclinada hacia atrás, con los ojos y la boca abiertos, y sus manos se abren en un gesto como de bienvenida. Ofelia es, a un tiempo, una obra sugestiva, hermosa en su meticuloso detallismo, y horrible por su ominoso asunto.
Superficie especular
El escenario fue pintado exhaustivamente sobre el terreno, en el río Hogsmill en Surrey. Las sombras marcadas de los juncos realzan el modo en que leemos la estratificación de lo que está por encima y por debajo de la superficie del agua. Este cuadro gira en torno a lo semisumergido, y las manos de Ofelia irrumpiendo del agua son la clave para esta percepción.
«El vestido la mantuvo a flote»
En marzo de 1852, Millais escribe a Thomas Combe, su amigo y mecenas, describiendo el «antiguo vestido [de Ofelia] todo cubierto de flores bordadas en plata», que le costó hacer 4 libras (equivalente a 120 libras de hoy). En noviembre de ese mismo año, mientras pintaba al aire libre para completar el escenario, escribió: «Hemos levantado unos pequeños chamizos que nos protegen algo del viento, y en ellos hemos afrontado valerosamente las inclemencias».
Flores flotantes
Cada una de las flores del cuadro tiene su propio simbolismo. La amapola representa la muerte, la margarita la pureza y la inocencia, los pensamientos simbolizan el pensar, las violetas la fidelidad y las nomeolvides se explican por sí mismas. La rosa alude al parlamento de Laertes, hermano de Ofelia, que la llama «rosa de mayo».
Una calavera entre el follaje
En el banco de la derecha, una forma ovoide clara sugiere una calavera, en referencia tanto al destino de Ofelia como a la más famosa de las escenas de Hamlet.
Un petirrojo vigilante
El petirrojo puede aludir al fragmento de la canción de Ofelia «Porque el lindo petirrojo ha de ser mi único amor», del acto IV de la obra de Shakespeare.
El texto y las imágenes de esta entrada son de un fragmento del libro: Cómo leer pinturas. Una guía sobre sus significados y métodos
- En nuestro blog otros títulos de la colección ‘Cómo leer’:
- Cómo leer castillos
- Cómo leer edificios modernos: El deconstructivismo
- Cómo leer edificios
- Cómo leer jardines
- Cómo leer París: Arquitectura de hierro y vidrio
- Cómo leer puentes: Benjamin Baker y el puente ferroviario de Forth
- Cómo leer ciudades: Ciudades subterráneas