El pasado 19 de abril se celebraba en Barcelona el desembarco en España de la empresa automovilística china Chery que, mediante un acuerdo con la española EV Motors, permitirá la producción de hasta 150.000 vehículos en 2029 (en 2027 se prevén 50.000) y la recuperación de 1.250 puestos de trabajo. Esto se hará en las antiguas instalaciones de la japonesa Nissan en la Zona Franca, que abandonó la empresa a finales de 2021 y dejó en plena pandemia de Covid sin trabajo a más de 2.500 personas y en riesgo miles de empleos indirectos y el futuro de varias empresas proveedoras.
La firma del acuerdo con los chinos, además de los directivos empresariales, contó con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, el consejero de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, y el vicegobernador de la provincia china de Anhui, Shan Xiangqian.
Lo curioso de esta noticia es que sucede en un contexto geopolítico en el que no dejamos de oír que China es una amenaza o un desafío para Occidente. En la pasada Cumbre de la OTAN del 2022, los documentos la calificaban de “desafío” a la paz occidental y la palabra “amenaza” fue recogida en numerosas declaraciones y noticias.
Sin embargo, lo que acabamos de comprobar en Barcelona es una empresa china que llega a España, invierte y crea 1.250 puestos de trabajo directos, más los relacionados con esa producción.
Aclaremos también que la empresa Chery es de propiedad estatal china, es decir, de ese gobierno comunista que, según la OTAN y algunos otros, nos advierten que es una “amenaza”.
Para comprender qué es China y qué supone para nosotros, el que fuera jefe de la delegación de la agencia Efe en China, Javier García, escribió China, amenaza o esperanza. García lleva varios años vivienda en China, donde da clases de Periodismo en la Universidad Renmin de Pekín.
En su libro intenta desmontar esa campaña que quiere presentar a una China como una amenaza y, lejos de proponer que el modelo chino sea exportable a nuestros países, sí que recuerda importantes logros como que ha sacado de la pobreza extrema a más de 800 millones de personas, ha quintuplicado su producción de energías renovables en diez años y prioriza ahora reducir las diferencias sociales creadas por la economía de mercado. En su opinión, el miedo a China no está justificado, el milenario Reino del Centro nunca ha mostrado voluntad expansionista y en muy raras ocasiones ha promovido una guerra.
Seguro que esas 1.250 familias que pasarán del desempleo a trabajar fabricando coches para esta empresa no le tendrán ningún miedo.
Otro interesante libro sobre es el del experto Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China (www.politica-china.org), asesor de Casa Asia y promotor y coordinador de la Red Iberoamericana de Sinología. Bajo el título Bienvenido, Míster Mao, analiza la gran velocidad de las inversiones chinas en todo el mundo. Las empresas chinas “públicas en su inmensa mayoría” siguen ganando posiciones en entornos estratégicos, tanto a nivel geopolítico como sectorial. El caso español de Chery es solo un ejemplo más de ello. De nuevo el debate de si colonizarán nuestra economía o la salvarán.
Si lo que nos interesa es conocer la historia contemporánea de China, el libro más adecuado es China contemporánea 1916-2017. En él se recorre el paso de la monarquía a la república en 1911 a la constitución de la República Popular China en 1949 liderada por Mao Zedong, que con su muerte en 1976 inicia un nuevo periodo bajo el liderazgo de Deng Xiaoping.
Pero si es su cultura lo que nos atrae, la obra China, elaborada por varios autores, nos sumergerá en la sociedad de ese país. Y si lo que nos fascinan son los mitos, a China no le faltan. Se recoge en Mitos chinos, de Anne Birrell, de la Universidad de Cambridge y especialista en el ámbito de la cultura china. Por último, no se puede conocer china si no se lee a Mao Tse-tung. De su pluma tenemos Sobre la práctica y la contradicción, presentado por Slavoj Zizek; y Citas del presidente Mao Tse-tung.