Son desvaídos vestigios de sociedades pasadas; sin embargo, los castillos nos despiertan una fuerte emoción cuando en medio del paisaje circundante vemos alzarse sus restos desmoronados, aunque majestuosos. Al observador casual, un castillo le parecerá muy similar a otros: sus terraplenes, sus altos muros, sus torres y sus estrechos vanos evocan una época más dura y menos segura. Hay, por supuesto, una relación genérica entre todos estos lugares, pero conviene subrayar que en Europa se construyeron castillos durante más de 600 años, y que se vieron sometidos a importantes cambios, tanto de carácter general, según iban evolucionando los conceptos relativos al diseño y la construcción, como particular, al adaptarse cada edificio a las necesidades de posteriores generaciones. El propósito de este libro es ofrecer al visitante un marco de referencia que le permita interpretar cada castillo y situarlo en su contexto. ¿Cuál era su finalidad? ¿Cómo se construyó? ¿Y cómo funcionaba?
La primera parte de este libro da una amplia visión de conjunto del tema, con secciones dedicadas a la función, el diseño, la construcción y la tipología de los castillos. La segunda ofrece una exposición de los elementos característicos que definen un castillo.
A la hora de interpretar un castillo, tenga en cuenta el emplazamiento y la estructura. La ubicación de muchos de ellos se eligió para facilitar la defensa y la vigilancia de las tierras circundantes, de ahí que suelan ocupar posiciones en alto.
Estas ubicaciones proporcionaban beneficios tácticos, pero la finalidad de un castillo a menudo era también estratégica, y si se tienen en cuenta su situación respecto a la distribución poblacional, la red de las comunicaciones y la producción agrícola, dará claves sobre su finalidad. Mientras que algunos castillos eran instrumentos de conquista, otros eran centros residenciales y administrativos de dominios territoriales, y tenían un propósito en gran medida pacífico. El carácter de las estructuras de un castillo indicará si su primera función fue la de ser una fortaleza, o más doméstica. ¿Se trataba de una torre residencial o estaba pensaba como base de arqueros y ballesteros? ¿El diseño de una ventana tiene algo que decirnos sobre la función de una estancia y su enfoque defensivo? Percibir las evidencias físicas nos permitirá sacar conclusiones para preguntas como estas.
En busca de claves
Mientras que algunos castillos se construyeron en una sola fase, la mayoría han experimentado siglos de adaptaciones y son una amalgama de diversos periodos constructivos. A menudo, los indicios históricos se ven limitados a lo que pueden decirnos acerca de la secuencia evolutiva de un castillo, y analizar claves en la fábrica del propio edificio es lo que habitualmente permite recopilar una historia estructural más concreta. Detalles arquitectónicos, anomalías estructurales y conceptos relativos a la planificación ofrecen indicios para la interpretación.
Diseños contrastantes
El château de Falaise en Normandía, Francia, conserva una torre del homenaje cuboide construida en los años 1120 por Enrique I, rey de Inglaterra y duque de Normandía. A la derecha de la torre de Enrique, en un estilo por completo distinto y de fecha claramente distinta, está la Torre Talbot, cilíndrica, que se levantó en los primeros años del siglo xiii por Felipe II Augusto, rey de Francia, después de tomar el castillo. Los caracteres divergentes de estas dos torres indican que, en Falaise, hubo al menos dos importantes periodos constructivos.
Indicios de edificaciones perdidas
En ocasiones, la presencia de anomalías en la fábrica de piedra indica la existencia previa de estructuras anejas. En el castillo de Scarborough, en Yorkshire, los muñones en los muros de la torre del homenaje, de mediados del siglo xii, a ambos lados de la entrada, demuestran que, en origen, esta se encontraba dentro de un antecuerpo defensivo que se demolió posteriormente.
Estructuras
A la hora de renovar las estancias, los maestros solían incorporar fragmentos de edificios anteriores en las nuevas estructuras, lo que puede utilizarse para trazar la historia de un castillo. Un ejemplo es la supervivencia de una chimenea del siglo XII en la gran sala del castillo de Warkworth, en Northumberland, parcialmente reconstruida en el siglo XV.
Aparejos
Gracias a la diferencia de calidad en el trabajo en piedra, se pueden identificar a menudo distintas etapas constructivas. La muralla del castillo de Alnwick, en Northumberland, ofrece indicios de al menos dos periodos constructivos distintos diferenciados por el empleo de aparejos diferentes. La obra del siglo xii visible a la derecha, consistente en sillares dispuestos en hiladas, contrasta con la fábrica posterior a la izquierda, y con la torre y las almenas reconstruidas encima.
La gramática de los castillos
Los castillos tenían dos funciones principales. Por una parte, eran fortificaciones con aspectos tanto defensivos como ofensivos; por otra, eran residencias aristocráticas, particularmente asociadas con la clase caballeresca. Esta combinación de papeles marciales y residenciales regía la naturaleza arquitectónica del castillo y lo diferenciaba de otras formas edilicias. Si bien ambas facetas estaban siempre presentes, su importancia relativa variaba hasta el punto de que un castillo podía tener una naturaleza predominantemente militar y otro ser principalmente doméstico. Determinar la función precisa de un castillo es una de las tareas más satisfactorias para el investigador.
Arques-la-Bataille
El château de Arques-la-Bataille, en lo alto de una colina cerca de Dieppe, Normandía, Francia, tiene sus orígenes en el siglo XI; aquí lo vemos en la forma que pudo tener en el XII. Su aspecto defensivo lo da su recinto amurallado: un terraplén con empalizada, foso y murallas con torreones dispuestos a intervalos. En contraste, los edificios domésticos de su interior no hacen concesiones defensivas. La excepción la constituye la torre del homenaje, con potencial tanto defensivo como doméstico.
Una vista contemporánea
La naturaleza dicotómica del castillo está ilustrada en este dibujo de un manuscrito medieval. Muestra una muralla almenada, torres salientes y una gran puerta fortificada con rastrillo. En su interior hay un gran edificio residencial con elevados ventanales y una chimenea. Parece que a ambos elementos –carácter residencial y defensivo– se les dio igual importancia.
Castillo de Bellver
Un ejemplo de castillo en el que los elementos residenciales y defensivos conforman una concepción arquitectónica integrada lo ofrece Bellver, cerca de Palma, en la isla de Mallorca. En él, las murallas exteriores con foso se han dotado de estancias que encierran un patio. Es evidente que la estructura ha sido diseñada como un todo.
Château de La Roche-Guyon
La Roche-Guyon, en el norte de Francia, tiene dos elementos diferentes. Sus estancias residenciales (siglo XV) están junto al río al pie del risco. En lo alto de este, y conectado con el castillo inferior por un túnel, hay un castillo del siglo XII de carácter militar. Esta construcción, pensada para proteger la inferior, está provista de una cerca con foso.
Esta vista de La Roche-Guyon muestra el castillo superior y el corte del nivel más alto del túnel. Dicho castillo, con función militar, comprende un donjon dentro de dos camisas muy juntas con amplias plataformas de tiro, almenas y saeteras. El donjon ofrecía cierto alojamiento, pero era esencialmente una atalaya desde la que dirigir la defensa.
El texto y las imágenes de esta entrada son un fragmento de: “Cómo leer castillos”
Cómo leer castillos. Un curso intensivo para entender las fortificaciones
Cómo leer castillos es un libro de referencia que se acerca a la arquitectura de los castillos con un enfoque predominantemente visual. Es también una práctica guía que permitirá al visitante reconocer e interpretar los motivos y mensajes que encierran las piedras de algunas de las más destacadas fortificaciones jamás construidas en Europa y Asia. Con un enfoque claro y accesible, este libro reúne un amplio repertorio de espléndidas ilustraciones y unos textos que aspiran a:
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- En nuestro blog otros títulos de la colección ‘Cómo leer’:
- Cómo leer edificios
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- Cómo leer París: Arquitectura de hierro y vidrio
- Cómo leer edificios modernos: El deconstructivismo
- Ciudades subterránea – Cómo leer ciudades
- Cómo leer pinturas: Ofelia
- Cómo leer puentes: Benjamin Baker y el puente ferroviario de Forth