El pasado 24 de octubre, en el Círculo de Bellas Artes, presentamos en la Sala de Columnas Disputar la Democracia de Pablo Iglesias. El libro es una reivindicación de “la democracia como eje de la lucha política de los que aspiran a una sociedad más justa”, esto es, pretende ser una “modesta caja de herramientas para la praxis política de los que luchan por una sociedad decente, un compendio de argumentos y técnicas de combate para una pelea por explicar la realidad en la que no tiene ningún sentido buscar un discurso que nos sitúe siempre a la izquierda del resto, sino el que nos sirva para ser el referente y los defensores de la democracia”, tal y como indicamos en otra entrada de No cierres los ojos.
Tomás Rodríguez, editor de Ediciones Akal, abrió el evento agradeciendo el trabajo de escritura y de edición de Pablo, quien a pesar de los numerosos compromisos desde que surgió PODEMOS, encontró el tiempo para finalizar el libro. También agradeció su excelente labor política que tanta salud democrática está aportando a nuestra atmósfera política. No olvidó tampoco mencionar a los grandes protagonistas de la noche: las más de 400 personas que asistieron a la presentación.
Tras presentar a Pablo, este alabó la labor editorial de Akal que, durante 40 años, ha publicado a los mejores pensadores y rescatado los discursos políticos que, a pesar de la amenaza del pensamiento único, permanecen y son el mejor arma para la devolver la soberanía a la gente, el mismo objetivo que persigue su libro, el poder ser una herramienta dialéctica para que la socialización del poder, el defender una democracia que garantice la soberanía de la gente. Nos contó que el libro fue escrito antes de la fundación del partido que ahora encabeza con más de un 80 por ciento del respaldo de la ciudadanía y que explica en él, sin saberlo en aquel momento, todo lo que ocurrió después: “Uno siempre trata de explicar el pasado desde su presente, se asegura de quedar a salvo, redimido, pero este libro se escribe en el pasado y justifica el presente: eso es lo que lo hace único”.
Luego intervinieron Juan Carlos Monedero, Luis Alegre Zahonero, Íñigo Errejón y Carolina Bescansa para plantearle a Pablo distintas cuestiones sobre el libro: ¿cómo es posible compaginar los momentos de confrontación política con las prácticas constituyentes?; ¿cómo es viable combinar la política ilustrada con la práctica?; ¿cuánto sufrimiento hace falta para que la sociedad se decida ya no solo a cuestionar la hegemonía de la clase dominante minoritaria, sino a despojarla de esa situación de dominación?
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Pablo, poco a poco, fue respondiendo a sus compañeros, señalando la actualidad de sus preguntas, marcando la urgencia de pasar a la acción, de que la teoría política cobra su pleno sentido en la acción, que no es posible quedarse en la mera imagen, en la reivindicación de los derechos, de reclamar una democracia que haga de los privilegios de unos (la sanidad, la educación, el trabajo) un derecho. Es decir, una acción política que devuelva la hegemonía a la mayoría, una acción que dispute la democracia y el poder a la minoría dominante.