Hoy 4 de julio es el día grande de Estados Unidos. Desde hace más de 200 años se conmemora esta fecha en la que 13 colonias británicas de América firmaron la Declaración de Independencia de Gran Bretaña. Como no podía ser de otro modo, recordamos a su principal autor, Thomas Jefferson, con un fragmento de El libro de la disidencia.
No permita Dios que pasen veinte años sin una rebelión semejante. El pueblo no puede abarcar todo y estar siempre bien informado. La parte que yerra mostrará su descontento en proporción a la importancia de los hechos mal valorados. Si esa interpretación errónea los oculta llegará el letargo, preludio de la muerte de la libertad pública. Hemos contado con 13 estados independientes durante 11 años. Se ha producido una sublevación: eso representa una rebelión en un siglo y medio por país. ¿En qué país ha transcurrido un siglo y medio sin levantamiento? ¿Qué país puede preservar sus libertades si a sus gobernantes no se les advierte de vez en cuando de que su pueblo conserva el espíritu de resistencia? Que se alcen en armas. El remedio es informarles correctamente sobre los hechos, perdonarlos y pacificarlos. ¿Qué significan unas pocas vidas perdidas en uno o dos siglos? El árbol de la libertad ha de ser regado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos. Es su abono natural.
A pesar de haber sido autor de la Declaración de Independencia, Jefferson era propietario de esclavos y defendía la idea de que los negros eran inferiores en cuerpo y mente a los blancos. ¡Las contradicciones de la historia! Estas famosas palabras aparecieron en una carta dirigida a William Smith. Por cierto, Jefferson fue también el inventor del colgador de abrigos, el montaplatos y la cama escamoteable. Los grandes hombres también se ocupan de las pequeñas cosas.
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