El caos no es un foso. Es una escalera. Muchos intentan subirla y fracasan. Nunca podrán hacerlo de nuevo. La caída los destroza. Pero otros, si se les deja subir, se aferrarán al reino, o a los dioses, o al amor (…) Espejismos. Sólo la escalera es real.
El caos como motor del cambio, es una idea que desde hace siglos, ha entusiasmado a las vanguardias políticas. La incertidumbre, la angustia, el dolor, representan una magnífica oportunidad para crecer que Pablo Iglesias Turrión no ha dejado pasar por alto para con una Europa (concretamente los países más castigados por la crisis financiera), que de un tiempo a esta parte parece disfrutar de una complejidad social, institucional, y/o política, que guarda cierta similitud con la que se describe en la renombrada Juego de Tronos.
Una aproximación, en la que el líder de Podemos profundiza con la colaboración de varios analistas, politólogos, filósofos y políticos a los que coordina como Santiago Alba Rico, Luis Alegre Zahonero, Juan Carlos Monedero, Tania Sánchez o Íñigo Errejón, entre otros. Bajo el título ‘Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de Tronos’, analizan (inquietos por el invierno político actual) la serie de televisión abordando cuestiones vinculadas no sólo a la filosofía política, si no a las relaciones internacionales, la guerra, el famoso pensamiento de Maquiavelo, o la historia. «En ambos lados se está gestando un nuevo mundo», garantiza Juan Carlos Monedero en el capítulo que él mismo escribe. «Pero sólo en uno parece que están pasando cosas». Circunstancia, de la que se aprovecha Pablo Iglesias Turrión para relacionar dos realidades (tan) dispares no tanto en el fondo como en la forma.
Y es que al margen de los innumerables conflictos bélicos de los que el telespectador disfruta delante de la pantalla, de Juego de Tronos se desprenden multitud de lecciones políticas con las que el autor cuestiona el actual panorama político, y reflexiona sobre legitimidad y poder. De esta forma ‘Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de Tronos’ nos compara el complejo entramado de tensiones que describe George R. R. Martin con un horizonte, el nuestro, en el que podríamos identificar a Joffrey Baratheon con ese acomodado gobernante al que «basta estar sentado en el Trono de Hierro para ser reconocido como legítimo representante del poder», o dejarnos sorprender por una Daenerys Targaryen que, «instituida» como (la) alternativa legítima al poder «no es sólo moralmente creíble como un Stark”, sino que además cuenta con un proyecto político, que trata de romper (siempre apoyado en acciones ejemplares) con el poder establecido; un proyecto, en el que “cabe depositar una esperanza cierta”.
Se acerca el invierno. Y Pablo Iglesias aspira, al igual que la Khaleesi de Martín, a utilizar la política para mejorar su particular Poniente. ¿A quién servís realmente? Al reino, mi señor. Alguien debe hacerlo. ¿Fantasía, o realidad? Pasen y lean (También disponible en e-Book).