Pascual Serrano
El nombre de Fonsi Loaiza, ya va inevitablemente unido a la editorial Akal y a la colección a Fondo. Rompió todos los récords de ventas con Florentino Pérez, el poder del palco , en 2022, ese mismo año mostró la más rabiosa actualidad del periodismo contracorriente con Qatar: sangre, dinero y fútbol y al año siguiente, cuando los escándalos machistas del fútbol español estaban en el candelero, volvió con Machismo, mafia y corrupción en el fútbol español.
Ahora, imaginen que las denuncias de Loaiza sobre corrupción, negocios sucios y manejos políticos la sacamos del fútbol y la llevamos a toda la economía española. Pues eso es lo que ha hecho en su nuevo libro, “Oligarcas. Los dueños de España”. De ese libro hablamos con él.
Lo de Oligarcas, ¿no era una cosa de Rusia? Explica por qué llamas así a algunos empresarios españoles.
Esa es la mirada que nos han impuesto desde los grandes medios de comunicación en España, que los multimillonarios de Rusia son oligarcas, pero los multimillonarios españoles son todos filántropos y gente exitosa y solidaria. Nos hacen ver que solo allí hay malvados oligarcas cuando en nuestro país existen unos oligarcas corruptos y corruptores, y de familias favorecidas por el franquismo. Aparecían hasta en la caja b del PP y las filiales de sus compañías están en paraísos fiscales.
¿Puedes citar brevemente algunos de esos “oligarcas”?
A esta oligarquía pertenecen Amancio Ortega de Inditex, Ana Botín del Banco Santander, Juan Roig de Mercadona, Florentino Pérez de ACS o Rafael del Pino de Ferrovial…
¿Podrías darnos alguna cifra de alguno de ellos de su patrimonio para hacernos una idea?
Por ejemplo, Amancio Ortega tiene un patrimonio de 90.000 millones de euros y es el mayor rentista de España y posiblemente del mundo. Es el casero hasta de Blackrock o Amazon. ‘Oligarcas, los dueños de España’ es el primer libro crítico que se publica sobre su figura. Una persona cercana a su entorno me dijo que un libro así no saldría o Amancio trataría de silenciarlo. Todavía a día de hoy la persona más rica de España no ha dado ninguna entrevista y en los tiempos de la era digital no hemos escuchado ni su voz. Sólo aparece en televisión con publirreportajes sobre alguna donación de su empresa Inditex.
Para mucha gente esas personas son empresarios que han empezado de cero y, con mucho esfuerzo, han logrado crear una gran empresa que crea riqueza y genera puestos de trabajo. ¿Por qué tú no lo ves así?
El discurso meritocrático de estas élites ha calado hondo y lo machacan hasta la saciedad cada día. En este libro tratamos de confrontar esa propaganda con datos y hechos que muestran que se trata de una farsa totalmente orquestada por estos oligarcas.
En principio, la política toma sus decisiones en función de las elecciones de los ciudadanos, del programa de los partidos y del bien común. En teoría, debería ser al margen de los intereses de estos empresarios. Pero en tu libro muestras que esos multimillonarios acaban influyendo en las decisiones políticas, ¿cómo lo hacen?
La deuda bancaria de los principales partidos políticos como PSOE y PP está controlada por el Banco Santander de Ana Patricia Botín, que a su vez está controlado por el fondo buitre Blackrock. Además, las relaciones de estos oligarcas y la clase política son íntimas con el uso de las puertas giratorias o los negocios del palco del Bernabéu de Florentino Pérez… Llama la atención que Juan Roig de Mercadona tuviera que declarar por haber financiado la caja b del PP y aquí no haya pasado nada, y ahora se permite utilizar en sus supermercados propaganda de que va a subir los precios por la subida del IVA cuando Mercadona no había bajado los precio cuando redujeron el IVA a los alimentos.
¿Qué debería hacer un gobierno democrático para mostrar que opera al margen de oligarcas y multimillonarios y de verdad trabaja al servicio de la voluntad popular?
En el libro dedicamos un capítulo a cómo las principales constructoras ACS de Florentino Pérez, Ferrovial de Rafael del Pino o Acciona de los Entrecanales se han repartido la obra pública amañando los contratos desde 1992 en España. Siguen monopolizando el dinero, llevándose las adjudicaciones y beneficiándose de la estafa inmobiliaria consustancial al capitalismo que está dejando a los jóvenes sin acceso a la vivienda. Si ellos han amañado contratos valorados en miles de millones que ha pagado la clase obrera, ¿por qué no exigimos su nacionalización y así con los medios de producción o la municipalización del suelo? Eso sería un gobierno democrático al margen de estos oligarcas.