Kudrun está considerado como el segundo gran poema épico-heroico de la Edad Media alemana tras el Cantar de los nibelungos, obra de la que es deudora en muchos aspectos, si bien de temática muy diferente. Conservado en un único manuscrito tardío (del siglo XVI), Kudrun data realmente del siglo XIII, y se le ha comparado en ocasiones con la Ilíada y la Odisea, lo que da muestra de su importancia. Efectivamente, Kudrun es una suerte de «odisea germánica», plagada de aventuras marítimas cuyos protagonistas pertenecen a varias generaciones y cuya geografía abarca casi todos los países ribereños del mar del Norte. La presente edición, traducida a partir del original en alto alemán medio, pone a disposición del lector en lengua castellana una obra ya fue considerada por el estudioso Ramón Menéndez Pidal como imprescindible para la comprensión de la literatura medieval.
En un solo manuscrito ha llegado hasta nosotros, y este, del siglo XVI (el llamado Ambraser Heldenbuch, debido a su procedencia del palacio Ambras, en Innsbruck), que parece que puede ser fechado entre los años 1504 y 1515, una fecha realmente tardía para un texto cuyo origen se sitúa en el siglo XIII.
El hecho de que nuestro poema se conserve en un único manuscrito, y que este sea tardío, plantea una paradoja: por un lado, tengamos en cuenta que de un texto prácticamente contemporáneo o, en todo caso, anterior en pocos años, como el Cantar de los nibelungos (entre 1200 y 1205), se conservan treinta y cuatro manuscritos, que van desde el siglo XIII (es decir, desde la época de su aparición) hasta el XVI, lo que nos lleva a pensar que, comparativamente, el Kudrun no gozó de demasiada popularidad; sin embargo, el hecho de que el único manuscrito conservado pertenezca al siglo XVI nos hace suponer que despertó, al menos, un relativo interés, y que este alcanzó un ámbito considerable, desde el punto de vista temporal. En cualquier caso, no es nuestro propósito ir más allá en lo tocante a la discutible fortuna del Kudrun. Lo que sí conviene destacar es que, debido precisamente a esa transmisión tardía, tenemos sólo una mínima seguridad de que nuestro poema fuese originalmente tal y como se nos conserva; como consecuencia de ello, la especulación es, a veces, inevitable, sobre todo, en aquellos pasajes más oscuros o con cierto grado de ambigüedad.
Autor, fecha y lugar de origen
El Kudrun es una obra anónima, y de su lectura no se desprenden los datos suficientes para invocar un nombre concreto como posible autor. Sin embargo, esos mínimos datos sí son válidos para configurar una época y un lugar de origen más o menos determinados, con lo cual el problema de la posible autoría puede, al menos, situarse temporal y espacialmente sin demasiado margen de error.
Centrémonos, en primer lugar, en el tiempo, y, en concreto, en el tiempo de la escritura, que nos viene indicado por una serie de «indicios» absolutamente reveladores que, según Karl Droege, nos retrotraen en torno al año 1230, poniendo en relación la fábula con su referente histórico. Son los siguientes:
1. En 1230, Dinamarca jugó un papel sobresaliente bajo el reinado de Waldemar II. La presentación del imperio de Hetel parece reflejar ese gran imperio danés, en el que se incluyen Dithmarschen, Stormarn, Holstein, la Frisia del Norte y también Livland (=Niflant?).
2. Los frisios destacaron de manera especial en las cruzadas, entre los años 1217 y 1227.
3. Hay en el Kudrun un realce de la figura de los príncipes, que podría tener relación con los privilegios obtenidos por estos en 1232.
4. La contraleyenda que introduce el autor del Kudrun pudo haber sido motivada por la paz de Maguncia, en 1235.
5. La quinta estrofa del Cantar podría haber sido escrita bajo la impresión que en el poeta causaron las muertes de Leopoldo de Austria, Luis de Baviera y Otokar I de Boemia, entre los años 1230 y 1231.
Naturalmente, estos datos que aporta K. Droege no son más que posibilidades; la relación entre lo literario y lo real no nos permite, en este caso, pasar de ahí. Ello no obstante, suele establecerse, con S. Stackmann, y basándose en datos de este tipo, que el Kudrun se escribió en el cuarto decenio del siglo XIII.
Por lo que respecta al lugar de origen, las características dialectales del alto alemán medio, en que está escrito nuestro poema, como ya es sabido, nos llevan a la zona bávaro-austriaca del Danubio (entre otros rasgos, aparecen siempre las formas kom, kômen, y nunca kam, kâmen, tal y como nos dice R. Wisniewski). Asimismo, H. Rosenfeld señala que las descripciones heráldicas relacionadas con determinados personajes, como Ortwin o Herwig (véanse las estrofas 1371 y 1373), coinciden con las de la casa Wittelsbach. Igualmente, determinados topónimos (por ejemplo, Karadine = Kalatin) podrían localizarse en un territorio situado entre el Danubio y Altmühl y los Alpes. Un dato muy importante, en este sentido, es la alusión, en la estrofa 611, a Otón, primer duque de Baviera de la casa Wittelsbach, cuya esposa tuvo una hija del conde Ludwig von Looz (en Limburgo, entre Maastricht y Löwen).
De modo, pues, que, aunque el problema de la posible autoría, de la datación y del lugar de origen de la obra entren en el terreno de la especulación, algunos datos sí pueden tomarse como mínimamente fiables: el anónimo autor era austríaco, de la zona de Baviera, donde hay que ubicar el origen de la obra, y esta debió de haber sido escrita, todo lo más, entre los años 1220 y 1250.